martes, 27 de octubre de 2009

Bienvenida a mi.

Ábreme bien de puertas y ventanas,
deja que pase el aire y que llegue a mis pulmones.
Hace tiempo que no vienes,no importa,
enciende todas las luces.
Iluminar un poco mi interior,
es tarea que rehuyes.
Desembalemos las cajas,
los sueños,ponlos en esa estanteria,
al lado de las promesas y recuerdos que aun me guian.
Cuidado,no tropieces,
hace tiempo que no barro
todas mis emociones muertas,
he andado un poco agobiado,
y sino,mira estos zapatos,
desgastados de tanto andar por vidas ajenas.
Tengo problemas con la temperatura del agua,
si sientes un jarro de agua fria de vez en cuanto,
perdona,intentaré arreglarlo.
La luz,está conectada a tu sonrisa,
aunque es inevitable que no salte el automatico,
No te enfades, querida,que toda la casa tiene fallos,
la única solucion que tienes,
es buscar otro recambio.
Las paredes,necesitaran de tu ayuda,
el tiempo las ha descolorido.
Necesitaran un dia de estos
alguna capa de pintura.
Algunos tabiques emocionales
no andan del todo bien,
debi arreglarlos a su tiempo,
cuando empezó a derrumbarse mi vida.
Puedes guardar la maleta en el trastero,
entre los años que te busqué y
entre los que te pienso seguir encontrando.
Lleva cuidado con las telarañas,
hace falta alguna que otra limpieza a fondo.
El abandono ha hecho muchos estragos,
Ya decia yo que tanto llorar no iba a ser bueno.
Intenta no ensuciarte mucho,
pues la lavadora es antigua,
No te pongas muchas emociones,
no se vayan a desteñir de tanto lavarlas.
Necesitaré de tu cuidado para salir a flote,
como ya te dije,tengo problemas con el agua.
Chica,promete quedarte y me haras feliz,
quedate,e iré encofrando mis nunca jamás.

lunes, 26 de octubre de 2009

Sigo aquí.

Volví. Anduve vagando noche tras noche en los bares más lúgubres de la gran ciudad,intentando olvidarlo todo.Bebí y lloré,lloré y bebí. Hubo momentos en los que dejaron de caer lágrimas para caer gotas y gotas de alcohol. Es cierto, la gente me observaba con recelo. Se pensaban que en cualquier momento me haría con un cuchillo y...acabaría con todo. Faltó poco. Faltó la determinación final, el último paso, el último movimiento...Pero de repente, cuando creía que verdaderamente no tenía nada que perder, me abarcó esa sensación de que las cosas no podían acabar ahí, que aún me quedaba mucho por hacer. A partir de ese momento me despejé y empecé de cero. Me hice con un arma más poderosa que cualquier cuchillo, pistola o puño: un lápiz. Comencé a relatar la vida tal y como la veía, como algo trasparente, frágil, difícil y única. Hoy, un año después, aunque intente convencerme y convenceros de que sigo siendo el mismo, la realidad es bien distinta: cambié. Deje de ser el que era para buscar otros límites, nuevos horizontes, nuevos sueños. Todavía no soy consciente de todo lo que soy capaz de realizar hoy por hoy, pero buscaré en cada rincón, en cada calle, en cada momento mis virtudes y la respuesta a todos los problemas que me plantee la vida.