martes, 6 de julio de 2010

Fin de daño

Nada más abrir la puerta,supe que iba a ser una buena velada.Pelo rubio, liso, vestido rojo, tacones a juego..
-Perfecto. -pensé-.
Lo que más me gustó fue su mirada,llevaba la inocencia en sus pupilas marrones.La invité a entrar,nos dimos dos besos y le dije que se sentara en el salón. Estuvimos hablando de cosas cotidianas y personales, y fuimos indagando uno en la vida del otro. A la media hora me acordé de que aún no me había preparado la cena.

-Voy a la cocina a por la cena -le dije- ,cierra los ojos y no te muevas. Quiero que sea una sorpresa...

-De acuerdo -contestó-,pero no tardes que tanta conversación me ha abierto el apetito..

Abrí la puerta de la cocina y cojí el cuchillo que seguía encima de la mesa.Salgo de nuevo al salón y veo que seguía ahí sentada,con una sonrisa en la boca y con los ojos cerrados, tal y como le había dicho. El vestido rojo dejaba al descubierto su hermoso cuello..

Que pena que tuviera que romper con dicha hermosura para poder cenar esa noche.

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