Nada más abrir la puerta,supe que iba a ser una buena velada.Pelo rubio, liso, vestido rojo, tacones a juego..
-Perfecto. -pensé-.
Lo que más me gustó fue su mirada,llevaba la inocencia en sus pupilas marrones.La invité a entrar,nos dimos dos besos y le dije que se sentara en el salón. Estuvimos hablando de cosas cotidianas y personales, y fuimos indagando uno en la vida del otro. A la media hora me acordé de que aún no me había preparado la cena.
-Voy a la cocina a por la cena -le dije- ,cierra los ojos y no te muevas. Quiero que sea una sorpresa...
-De acuerdo -contestó-,pero no tardes que tanta conversación me ha abierto el apetito..
Abrí la puerta de la cocina y cojí el cuchillo que seguía encima de la mesa.Salgo de nuevo al salón y veo que seguía ahí sentada,con una sonrisa en la boca y con los ojos cerrados, tal y como le había dicho. El vestido rojo dejaba al descubierto su hermoso cuello..
Que pena que tuviera que romper con dicha hermosura para poder cenar esa noche.
De nuevo lo macabro te consume, ¿eh?
ResponderEliminarMaldito prolífico.
Bless!